La Estelada azul –para
distinguirla de otras, amarilla, roja y hasta
verde- es la
bandera no oficial utilizada por los partidos a favor de la independencia de
Cataluña; aunque lo de “no oficial” sea relativo.
El artículo 3 de la llamada “Constitución de La Habana”,
aprobada en Asamblea Constituyente en esa ciudad en 1928, y presidida por
Francesc Maciá, consagra a La Estalada como la bandera de la República Catalana:
Article 3. La bandera oficial de la República Catalana
és la històrica de les quatre barres roges
damunt de fons groc; amb addició, en la part superior,
d'un triangle blau i amb una estrella blanca
de cinc puntes al centre.
Su origen data de inicios del siglo XX, y nació de la fusión de La Señera, llamada así por las cuatro barras tradicionales de la Señal Real de los reyes de Aragón, y antes del emblema del linaje de los condes de Barcelona, a la que se le agregó un triángulo y una gran estrella tal y como se observa en la bandera cubana, enarbolada por primera vez a mediados del siglo XIX.
Article 3. La bandera oficial de la República Catalana
és la històrica de les quatre barres roges
damunt de fons groc; amb addició, en la part superior,
d'un triangle blau i amb una estrella blanca
de cinc puntes al centre.
Su origen data de inicios del siglo XX, y nació de la fusión de La Señera, llamada así por las cuatro barras tradicionales de la Señal Real de los reyes de Aragón, y antes del emblema del linaje de los condes de Barcelona, a la que se le agregó un triángulo y una gran estrella tal y como se observa en la bandera cubana, enarbolada por primera vez a mediados del siglo XIX.
Se dice que La Estalada la creó el barcelonés Vicenç Albert Ballester i Camps tras
uno de sus viajes como marino a la isla de Cuba. Como apunte curioso, sepa que
mientras Ballester era, por decirlo de alguna manera, un separatista utópico; Narciso
López, el creador de la bandera cubana enarbolada luego por los
independentistas cubanos a lo largo de dos guerras contra España, fue un general venezolano partidario, no de la
independencia de isla, sino de su anexión a Estados Unidos.
Esta diferencia de orígenes
ideológicos hace que elementos idénticos prefiguren planteamientos políticos
diferentes y hasta contrapuestos; así el triángulo, un elemento que, por
cierto, violentaba las reglas de la heráldica de la época. Con triángulos ahora
las hay de todos los colores, pero no por el tiempo en que el general López incorpora
este elemento en su bandera como un guiño a su filiación masónica. En cuanto a
la estrella al centro del triángulo, fue trasplantada de la bandera de Texas
con impúdica intención anexionista o federalista. La idea era
que esa estrella solitaria alguna vez dejara de estarlo en la bandera barra-estrellada de los Estados Unidos.
Claro que Ballester seguramente que
no conocía nada de esto. Él simplemente quiso homenajear en su Estalada a
aquella otra, cubana, que ondeó en los campos de batalla en la por entonces recién
independizada isla de la España colonial, y que sirviera de identidad al ideario
independentista de los catalanes que es como en definitiva se asume hoy.
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