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miércoles, 22 de enero de 2014

FÁBRICA PARTAGÁS, UNA BREVE RESEÑA

Partagás, apellido famoso en Cuba y en el mundo entero, sinónimo de calidad en el habano,  es el nombre que identifica a una de las fábricas más antiguas y prestigiosas de la industria tabacalera cubana. Fue fundada por el catalán Jaime Partagás y Rabell, quien desde que llegó a Cuba se dedicó por entero al giro del tabaco, y ya en 1840, asociado con un coterráneo suyo, Juan Conill, estableció el primer almacén de tabaco en rama que tuvo la ciudad de La Habana, en la esquina de Cristo y Teniente Rey.
En 1845 Partagás abrió su fábrica en un local de la calle Cristina, de donde fue trasladada, alrededor de 1860, al edificio actual de la calle Industria esquina a Barcelona. Allí se estableció la marca “Flor de Tabacos de Partagás y Compañía”, que gracias al genio emprendedor y a los conocimientos de su fundador adquirió rápidamente una gran fama e hizo entrar a la fábrica por la vía de la prosperidad.
  



Al propio tiempo, compró Partagás una gran hacienda de sesenta caballerías en el municipio pinareño de Consolación del Sur, la que dedicó al cultivo del tabaco, logrando en ella magníficas cosechas que surtían los almacenes de la fábrica, lo cual le reportaba jugosas ganancias al no tener que adquirir el tabaco en rama de otros productores.
Al morir asesinado su fundador en 1868, sus descendientes vendieron la fábrica y la hacienda pinareña al asturiano Juan Antonio Bances, quien continuó elevando la calidad de la fábrica con la marca “La Flor de J. A. Bances”.
Es de señalar que durante todo este tiempo, después de la muerte de Jaime Partagás, la producción de la marca “Flor de Tabacos Partagás y Compañía” se mantuvo inalterable como expresión de respeto de los nuevos propietarios, y a la vez por su natural conveniencia, hacia la marca de mayor renombre universal, que fue siempre la que mayores beneficios aportó a las sucesivas empresas y que continúa hoy llenando de prestigio en todo el mundo a la industria del tabaco habano.


En los finales del siglo Bances se asoció con Ramón Cifuentes Llano, asturiano también, y más tarde se retiró de los negocios, quedando Cifuentes al frente de la fábrica. Ya en aquel momento, la fábrica contaba con unos 30 obreros y una producción diaria de 3 millones de tabacos.
En 1918 las galeras de Partagás, célebres por sus condiciones higiénicas y su extensión, contaban con más de 600 operarios torcedores, y en la escogida tenían empleo 16 parejas de escogedores de cuyas manos salían tabacos (que es el modo en que, por extensión del nombre de planta llaman al habano) encargados especialmente por elevadas personalidades europeas y americanas. Por su parte, la fábrica de cigarros contaba con las maquinarias más modernas, no obstante lo cual laboraban en ella unos 130 operarios de ambos sexos.



Mientras en Cuba la fábrica vendía anualmente 5 millones de tabacos y 360 millones de cigarros, las exportaciones alcanzaban niveles extraordinarios para la época. A los Estados Unidos se enviaban anualmente 6 millones de tabacos torcidos; a Inglaterra, un millón y medio; a España, Canarias, Gibraltar y Marruecos, un millón de tabacos y 400 mil cajetillas de cigarros; a Argentina, un millón de tabacos y 300 mil cajetillas; a Australia y Nueva Zelanda, 600 mil tabacos, y al Africa del Sur, Suecia, Noruega y Holanda, unos 100 mil, mientras que Francia, China, Japón y otros países suramericanos importaban 8 millones de tabacos.




La fábrica finalmente fue intervenida (expropiada)) por el gobierno revolucionario al amparo de la Ley número 914 de fecha 31 de diciembre de 1960.

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